¡Qué gran oportunidad!







En estos meses, un ser vivo muy chiquitito, al que nombramos genéricamente virus, y que la ciencia oficial ha llamado COVID-19, ha puesto en jaque todo el montaje de nuestra sociedad de primer nivel y ha paralizado la mayor parte de nuestras actividades e incluso la economía.

Soy de la opinión de que todo lo que ocurre tiene un sentido y al final no hay ni bueno ni malo, porque cuando aprendes a integrar lo uno y lo otro, llegas a un entendimiento que te da equilibrio. Y en este tiempo confinado en casa he pensado acerca de ciertas cosas que me apetece compartir en este artículo.

1 - La incertidumbre ante lo desconocido y lo que puede causar que este pequeño ser vivo se expanda, hace que lo primero que aparezca sea el miedo. Ese que nubla el entendimiento, la razón y toda lógica. El que no deja ver claramente. El que crea ansiedad, estrés y ayuda a enfermar el cuerpo. Y en ese “juego” de sentirme también manipulado y encerrado, observo el papel de los medios de comunicación. ¿Qué información se nos da?, ¿cuándo?, ¿cómo? Aquí cada uno puede reflexionar según su entendimiento…

El mundo entre tus manos
Me encantaría ver en la televisión un canal dedicado a las buenas noticias. Reportajes que estimulen mi creatividad y me hagan ver el mundo maravilloso en que vivo y la cantidad de personas sencillas pero extraordinarias que hay, capaces de ayudar a muchas otras a salir de sus cárceles mentales y a hacer que la sociedad crezca hacia el bienestar de la mayoría, sin perder de vista dónde vivimos (la Tierra), los seres vivos con los que compartimos casa (plantas, animales) y los recursos de que disponemos.

2 – Estos días sentía cómo las fronteras entre países se hacían más transparentes, para mí casi desaparecían, porque esta situación nos une como seres humanos. Da igual qué idioma hablo, en qué zona geográfica vivo o el color de mi bandera. Me veía pensando en cómo resolverían este tema en otros lugares del mundo, y lo que acudía a mi mente eran personas como yo, con ganas de vivir en paz y sin miedo… ¿Y si de verdad decidiéramos colaborar todos los países para hacernos la vida mas fácil?

3 - Me he dado cuenta de que, aunque todavía queda gente excluida, una gran mayoría de personas tenemos nuestras necesidades básicas cubiertas. Estos días daba las gracias por tener una casa confortable en la que vivir, tengo agua caliente, electricidad, comida y una serie de comodidades que me han hecho sentir un privilegiado.
Y por otra parte pensaba en toda esa tendencia de nuestra sociedad a comprar, a tener, a almacenar y a acaparar. ¿Es una forma de llenar algún vacío interno? ¿Es necesario en nuestra vida? La experiencia de estos días me dice que no y pienso seguir practicando esta austeridad cuando esta situación se relaje. Tengo mis necesidades básicas cubiertas.

Venecia (Italia)
4 – Algo que me ha sorprendido muy gratamente es cómo la naturaleza, plantas y animales, siguen su ritmo natural y además lo hacen mejor sin nuestra interferencia. En una noticia, observaba cómo en Venecia, los canales aparecían con aguas limpias, llenas de peces e incluso algún delfín. En realidad quien necesita a la naturaleza para vivir somos nosotros y no al revés, como parece por cómo nos comportamos con ella. Creo que debemos revisar profundamente nuestra relación personal con nuestra casa, la Tierra y la naturaleza que nos lo da todo.

Videollamada de sesión de Mindfulness
5 - He comprobado cómo internet nos ofrece nuevas formas de conectarnos con otras personas, sin importar el lugar en el que estemos. Y esto hace que podamos compartir y darnos fuerza unos a otros. He creado y participado en grupos de meditación, de reiki, un curso de vida independiente y videoconferencias con amigos y amigas que viven lejos y a los que hacía tiempo que no veía.

Pero también he visto cómo se enviaban mensajes a mansalva, algunos sin filtro ninguno y acumulábamos basura mental y emocional no sólo en nuestros ordenadores y dispositivos móviles, sino en nuestra mente y en consecuencia en nuestros cuerpos… Demasiada información, cuando en este periodo, personalmente prefiero ir hacia adentro y recapacitar sobre lo que necesito y lo que quiero en mi vida.

6 - He visto cómo ante situaciones extremas, siempre hay personas dispuestas a arriesgarse para atender y ayudar a los demás. Hay personas que se reciclan para aportar soluciones novedosas a la sociedad en tiempos de crisis, empresas que deciden hacer donaciones o simplemente dejar de fabricar lo que normalmente hacían para manufacturar algo necesario en este momento. Parece ser que situaciones excepcionales nos llevan a soluciones extraordinarias. ¿Podemos aprender de ello y pensar que tenemos capacidad para resolverlas?

Plaza de la Reina (Valencia)
7 – Una parte que me ha encantado, es escuchar el silencio en mi ciudad. Calles sin coches, con aire limpio, con más lluvia de lo normal, con árboles que han crecido mucho en poco tiempo. Y cuando he salido, aunque ha sido algo extraño, también ha sido placentero y me ha hecho pensar si me gustaría vivir en un sitio sin tanto ruido, sin tanta prisa por llegar ¿a dónde? ¿A dónde íbamos?



8 – Y también me he puesto a pensar en qué quiero hacer cuando pueda salir y entrar en casa sin ningún tipo de restricción. Y lo que me he dado cuenta es que no quiero volver al ritmo desenfrenado e irracional que llevaba antes. Tengo ganas de ir despacio, de volver a visitar sitios de mi ciudad con calma. Tengo ganas de viajar, pero sobre todo, me apetece salir y saludar a mucha gente: “no te conozco pero estoy encantado de saludarte. De verte sano.”

Ahora, aún más, quiero hacer las cosas desde otro sitio. Quiero relacionarme con los demás sin miedo, con el corazón en la mano porque siento que es momento de ayudarnos unos a otros. Quiero dejar de competir para colaborar y compartir con los demás. Va a haber mucha gente afectada por lo que viene ¿seré capaz de compartir y ayudar?

Mayo-2020
Jesús García Bañegil



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