No hay límites, hay voluntad
Hola,
me han permitido el lujo de escribir mi experiencia de vida en este
nuevo e interesante blog que lleva el nombre del “Lo
diverso en la diversidad", poco a poco en
tiradas de breves escritos. Pues bien ¡Vamos a ello!

Mi
nombre es Rosa Zaballos, he cumplido 52 años, tengo un diagnóstico
de parálisis cerebral infantil desde nacimiento; sufrí una anoxia
(falta de oxígeno); esto me afecta a la movilidad de los miembros
inferiores y del miembro superior derecho; el brazo izquierdo es la
parte que tengo del cuerpo con mayor movilidad y gracias a ella me ha
facilitado a realizar actividades muy satisfactorias, como dibujar,
pintar, escribir, coger un libro y leerlo, poder yo misma limpiarme
ciertas partes del cuerpo y muchas cosas más. También me afecta a
la pronunciación de las palabras por lo cual exhibo una particular
voz que me caracteriza y me hace única.
EL
AFÁN DE APRENDER
El
tener una parálisis cerebral desde nacimiento me permitió verme
como una persona normal. Desde muy pequeña he sido una persona con
un enorme afán
de aprender, de explorar y de superación.
Me acuerdo que cuando era
una niña de unos 5 o 6 años estaba yo haciendo unos ejercicios de
rehabilitación y mis hermanos haciendo los deberes, que eran más
mayores que yo; un descuido de mi hermano que estaba haciendo una
ficha en la que tenía que dibujar una pera, pues, cogí la ficha ni
corta ni perezosa y la dibuje yo, cuando se dieron cuenta ya estaba
dibujar la pera ; desde muy pequeña ya manifestaba las ganas de
aprender.

Es
muy positivo ir a un colegio ordinario ya que tuve suerte de ir al
colegio donde iban mis hermanos, los cuales no presentan ninguna
diversidad funcional. Tuve que aprender muy rápidamente para
alcanzar el ritmo de aprendizaje de mis compis, porque te preparan
equitativamente y me sentí incluida. El hecho de estar con niños me
ayudó a relacionarme con personas de la misma edad, jugaba en los
recreos con mis compis, reía y participaba en clase, me sentí
valorada y con mucha capacidad para seguir estudiando, cada examen
que realizaba era para mí un nuevo reto que ampliaba un poco más mi
mente.
Gracias a Miguel Ángel,
que era el profesor de 1º de E.G.B que quiso tenerme en su clase y
quedándome más tarde, horas extras, para alcanzar el nivel de mis
compis, yo empecé primero de E.G.B. sin pasar por los cursos de
parvularios.
Me tuvieron que hacer una
adaptación rudimentaria (como una tabla) que se acoplaba a mi silla
de bebe para que yo pudiera escribir y seguir las explicaciones de la
clase.
Hasta aquí mi primer
escrito para el blog “Lo diverso en la diversidad” Espero que os
sea de vuestro agrado.
Hasta pronto
y acordaos que No
hay límites, hay voluntad
Rosa Zaballos
Comentarios
Publicar un comentario